Estamos en esa época del año en la que las temperaturas comienzan a descender. A veces, traducidas en frío solamente; otras, en cambio, la carretera se llena de hielo y nieve, dos compañeros no muy recomendables a la hora de conducir. Para que ese primer día de invierno puro no te pille desprevenido, debes ser consciente de los peligros que podría entrañar tu ruta en automóvil.
La información meteorológica apunta a que vas a tener la carretera adornada con nieve y la imagen a través de tu ventana confirma que, efectivamente, el paisaje esta nevado. La pregunta es: ¿puedes evitar coger el coche ese día?
Si la respuesta es sí, hazlo. Conducir con nieve puede incrementar demasiado la dificultad en el manejo del automóvil, por lo que te recomendamos no hacerlo. En caso de que no tengas otra opción, te proponemos una serie de pautas para que la nieve solamente sea lo más parecido a un mero elemento ornamental.
Anticipación y prevención
Como en otras tantas situaciones de la vida, aquí ser precavido vale por dos. Consulta el estado de las carreteras y asegúrate de llevar cadenas (y de saber cómo se colocan) por si se tuerce la situación, así como ropa de abrigo y mantas por si hubiera que detener el coche y pasar varias horas en él. En este aspecto, es fundamental tener el depósito del coche lleno para echar mano de la calefacción durante la hipotética espera y la batería del móvil totalmente cargada para poder realizar las llamadas oportunas.
En caso de contar con neumáticos de invierno, este es el momento de utilizarlos. Cuando la temperatura es inferior a los 7º C, las gomas pierden adherencia. Esta falta de adherencia se puede medir en metros a la hora de frenar. Tan importante es que, para frenar un coche que circula a 50 km/h hasta dejarlo parado, la distancia se va doblando dependiendo de la superficie. De tal forma que:
- En seco: 8 metros
- En mojado: 16 metros
- Con nieve: 32 metros
- Con hielo: 64 metros
Los neumáticos de invierno reducen drásticamente esa distancia de frenado en condiciones adversas, lo que puede significar la diferencia entre tener un accidente o evitarlo, además de mejorar el comportamiento del vehículo a la hora de mantener la estabilidad y trazar las curvas.
Cuestiones técnicas para conducir con nieve
- Utiliza marchas largas para mejorar la tracción del coche.
- Reduce la velocidad.
- Aumenta la distancia de seguridad.
- Incrementa la precaución, si hay viento (especialmente al adelantar).
- Utiliza el freno lo menos posible y de forma suave.
- Arranca en segunda marcha si te patinan las ruedas.
- No frenes en caso de que el coche derrape o sobrevire. Simplemente corrige la línea trazada girando el volante hacia el lado contrario.
Sé precavido con el coche y ¡feliz Navidad!
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